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Modelo Educativo

Principios de la pedagogía marista

Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar

¿Qué es?
Presentar a Jesús de Nazareth, su persona, su propuesta del Reino y sus valores como lo que marcó su proyecto de vida y la invitación que nos hace para asumirla también en la nuestra; experimentar el Espíritu en, con y para el cual vivió, de tal manera que los miembros de las comunidades educativas puedan vivir la experiencia de sentirse destinatarios del mensaje y de esta manera amados y con deseos de responder con amor.

Al estilo de María

¿Qué es?
Es nuestra peculiar manera de evangelizar por medio de la educación. María, madre y educadora, es nuestro
modelo de fe y confianza en Dios, y quien nos inspira a ser sensibles a las necesidades de los otros y a ser
solidarios en el servicio, siendo capaces de maravillarnos ante la intervención de Dios en nuestras vidas.
Como Marcelino, vemos en Ella a nuestra Buena Madre y Recurso Ordinario, es nuestro camino para llegar a Jesús y por eso le expresamos nuestro amor y devoción de manera personal, familiar y sencilla. 

Para educar hay que amar… y amar a todos por igual

¿Qué es?
Educar para amar es cooperar con Dios e ir a su encuentro en el hermano. Es reconocer el rostro de Jesús en
cada persona y decidir acompañarle al estilo de María, con ternura, cariño y paciencia, procurando por todos los
medios, que logre plena autonomía en su propio proceso de formación. Es encontrar la igualdad en las diferencias
y descubrir que al reconocernos diferentes con una misma dignidad, tenemos la posibilidad de enriquecernos mutuamente.

Amor al trabajo

¿Qué es?
Es el desarrollo de una pedagogía del esfuerzo, que a ejemplo de Marcelino fomenta la generosidad, la constancia
y la perseverancia en el trabajo cotidiano. Se traduce en la disposición y espíritu para la realización del trabajo,
desarrollando talentos, capacidades y colocándolos al servicio del bien común. Por medio del trabajo se cumple la misión y se participa en la obra de la creación, colocando al sujeto como coprotagonista de una sociedad justa y fraterna.

Presencia y acompañamiento al estilo marista

¿Qué es?
Es la manera en la que hacemos vida y damos vida a la comunidad con nuestra presencia, siempre atenta, tierna, respetuosa, esmerada y cordial que brindamos en nuestro trato cotidiano. Acompañar al estilo marista es caminar junto a las personas y mirar en ellas la imagen y semejanza de Dios, e imitar a María en su cercanía,amor y sencillez. Elegimos estar presentes en la comunidad, de la misma manera que Jesús estaba con sus discípulos en el camino de Emaús; con una presencia esperanzadora. Reconocemos que esta cercanía nos enriquece mutuamente y nos compromete a transformarnos a nosotros mismos y al mundo en el que habitamos.

Formar buenos cristianos y comprometidos ciudadanos

¿Qué es?
Es acompañar a la persona para que cada vez se sienta más íntegra y esperanzada, con un profundo sentido de responsabilidad orientado a la transformación del mundo que le rodea, independientemente de la fe que profese, o la etapa de búsqueda espiritual en la que se halle.

Vivencia del Espíritu de Familia como ambiente básico para el aprendizaje

¿Qué es?
Es el compromiso de construir una comunidad, inspirada en la familia de Jesús de Nazareth, que se caracteriza por un espíritu de acogida, aceptación y pertenencia, en donde todos se sienten valorados y apreciados, cualquiera que sea su función, o posición social. Es la forma en la que nos relacionamos los unos con los otros y con los jóvenes como miembros de una familia que se ama.